sábado, 28 de agosto de 2010

EPILOGO

Mención aparte merece Santiago, no es lo mismo llegar a Santiago de turista, que de peregrino. Cuando vienes de peregrino, sientes que un poco de la ciudad te pertenece y que tú formas parte de ella, a su vez.

Ves a los turistas y comprendes que no tienen la simbiosis que tú tienes con ella. Sientes que tus vínculos con Compostela son muy fuertes. Santiago de Compostela es lo que es hoy en día, gracias a los millones de peregrinos que han llegado desde la edad media hasta ahora.

El camino es una experiencia vital. Es una superación constante de problemas, cansancio, desánimo, etc. Es un encontrarte gente que lo hace como tú y compartir el camino con ellos. También a su vez es encontrarte a ti mismo.

Durante el camino, atraviesas, distintos lugares, climas, paisajes, costumbres, etc.

El camino también es reflexionar, pensar, apreciar de verdad las cosas más simples y todo lo que tienes.

Es ilusionarte, es desmoronarte, es encontrarte. También es sentir satisfacciones, sobre todo al terminar que es una gran satisfacción y también descansar al haber conseguido la meta.

También es sentir tristeza, por despedirte de los amigos/as, del camino, de las vivencias y de esa forma de vida que ha ocupado los últimos días de tu vida, que es muy bonita.

El camino es un todo, que empezó siendo nada. Es algo maravilloso. El camino, como dijo Machado, se hace al andar, en nuestro caso al pedalear.

Aquí termina esta aventura, que me gustaría volver a repetir y sentir.

DOMINGO 8 DE AGOSTO DESCANSO EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

Día de descanso en Santiago, para recorrer la ciudad y hacer las habituales compras para la familia y algún capricho para uno mismo.
Cuando me levanté, Manolo y José, se habían ido a la misa del peregrino, ellos saben que no me van esos rollos, jajajajajaj, por eso ni me despertaron.
Al poco de despertarme, me llamo Roberto y nos fuimos a desayunar. Después de hacer unas compras, nos encontramos con Fran el Onubense. Nos fuimos a almorzar a una taberna típica de Santiago, tomamos unas raciones con albariño. Al terminar me llamarón los valencianos, despedimos a Paula y Roberto, y nos fuimos con los valencianos, Reyes y José. Al rato llegaron las gallegas, bicigrinas amigas de Fran, tomamos unos cafés y unas copas. Después emotiva despedida de Fran y las gallegas.
Por la tarde-noche, me encontré de nuevo con Reyes y José, los valencianos y tomamos unas cervezas, después de esto, nos despedimos, casi soltando alguna lágrima.
Al rato me llamo Roberto, Paula estaba malita, había pasado muy mala tarde, incluso había tenido que ir a urgencias. Me acerque al hotel a despedirme de ella. Roberto y yo salimos a cenar y comprar unas medicinas para Paula.
La despedida de Roberto fue muy sentida y emotiva.
Poco a poco vas rompiendo los lazos que te unen al camino.
Después de esto a la pensión y a dormir, que mañana esperaba el viaje de vuelta.


Lunes 9 de Agosto.
Al final entre unas cosas y otras salimos de Santiago a las 10: 00 de la mañana. Todo el día viajando para llegar a las 00:00 a Almería.

jueves, 26 de agosto de 2010

FIN DO CAMIÑO

Antes de nada, y con objeto de aclarar a todos los que habéis seguido este blog y preguntáis por lo ocurrido: deciros que no, que no ha habido ninguna pelea, que tres no se pelean si ninguno de los tres quiere. Simplemente desde el primer día nos dimos cuenta que había dos maneras muy distintas de hacer y vivir este Camino: una la de Indalecio, y otra la de Jose María y la mía. Desde el primer día, y como bien habéis podido leer en cada una de las crónicas de Inda, él tiene unas costumbres para las comidas y el horario de descanso, y si los cambia lo pasa mal, y nosotros tenemos otras bien distintas. En las etapas: Inda andaba muchísimo entre los pueblos, y se paraba todo lo que hiciera falta en los mismos para fotografiar; nosotros, sin embargo, teníamos la intención de llevar un ritmo más parejo, y parar lo justo en los pueblos, o nada dependiendo de los horarios y el calor. Es por esto, y por más detalles similares, que no era cuestión de fastidiarse nadie en una aventura como ésta, que al menos en mi caso, no sé si se volverá a repetir. Y por tanto, lo mejor fué lo que hicimos sobre la marcha día a día: cuando podíamos, íbamos los tres juntos y comíamos juntos, pero cuando no, pues Inda se buscaba la vida con el montón de amig@s que fué haciendo por el camino, y nosotros seguíamos nuestra andanza tal y como teníamos pensado y planificado antes de salir de Almería.

Aclarado pues, el domingo día 8 de agosto ya no había etapas que realizar, pero José María y yo decidimos poner punto y final a nuestro Camino de la mejor manera que lo puede hacer un bicigrino que además de hacer el Camino por motivos deportivos, aventureros, etc., lo hace también por motivos religiosos. Es por esto mismo, que yo si me emocioné bastante el día que llegamos con la bici a Santiago, y no pude evitar llorar de emoción al entrar en la Plaza do Obradoiro, y fundirme en un sentido abrazo con mi compañero José María, y echar de menos a Indalecio en ese momento. Era el objetivo cumplido auque aún quedase el postre de la etapa siguiente de Santiago a Fisterra. Bueno, pues como iba escribiendo, la forma de poner punto final a nuestro Camino fué asistir a la misa del peregrino a las 10:00 horas. Después de madrugar un poco, pero no tanto como los días anteriores, llegamos a la Catedral a las 9:30 horas, y nos quedamos sorprendidos con la cola de peregrinos que ya había para recoger la "compostela" y para el abrazo al apostol. Menos mal, que nosotros realizamos esto el viernes, a la llegada a Santiago, porque la cola es como cinco veces más grande, y ya nosotros estuvimos una hora encolados.
Para las 9:45 horas ya no quedaba ni un sitio libre en la Catedral, y hay un montón de gente de pie en los laterales y fondos de las naves. La misa fué oficiada por varios párrocos de distintos paises y cantada en su totalidad. Nosotros sentados frente a la imagen del apostol. Una vez finalizada la misa, le pido al apostol, una vez más, por todos los que necesitan de su ayuda, no puedo evitar emocionarme de nuevo, y ¡hasta la próxima, Santiago!
Espero poder volver a realizar el Camino, otro Camino, pues éste ya será único e irrepetible, alguna vez con mi familia, a la que tanto he echado de menos. Nunca estuve tantos días tan lejos de ellos, ni tan cerca a la vez, en mi mente kilómetro a kilómetro. ¡Os quiero!
¡Objetivo cumplido: 910 kms. en 64 horas y 15 minutos de pedaleo, durante 12 días!

martes, 24 de agosto de 2010

ETAPA XII SANTIAGO DE COMPOSTELA – MUXÍA – FINISTERRE

Nos levantamos a las 6:00 de la mañana. Desayunamos, con las cosas que había comprado en el super la tarde anterior, cuando fui a por la cubierta.

Arreglamos las cosas y a las 7:00 estabamos andando.

La noche anterior estuvimos hablando que hacer al día siguiente con la etapa. En vista de que solo teníamos un día y queriamos completar el recorrido y en la tienda me habían comentado que el recorrido era muy pestoso, con tramos en mal estado por el agua, además ya recordaba que en el foro del bicigrino, la gente comentaba que partía la etapa en dos. Por lo tanto decidimos hacer el recorrido por carretera. Luego la realidad, nos hizo ver que no se parecía en nada de lo que nos habian dicho. El comienzo si es duro al salir de Santiago, al pasar el Ponte Sarela, comienza un sendero estrecho, con repechos, que luego desemboca en un barrio a las afueras de Santiago. Pero después, aunque no pasamos por el camino, fuimos viendo trozos y nos dimos cuenta de que no era tan duro como decian. Después de ese sendero, todo el trayecto hasta Negreira es por carretera en un 90 o 95%.

De todas formas el último día ha sido muy duro, por lo menos para mí, he hecho 131 kms y he terminado al final exhausto.

Al Salir de Santiago nos hicimos un pequeño lio y volvimos hacia atrás, porque nos habiamos equivocado. Pasamos por un puente medieval, pero no es el Ponte Sarela. Volvimos atrás y encontramos correctamente la calle Poza do Bar. Tomamos la buena dirección, pasamos por un robledal y al final si pasamos el verdadero Ponte Sarela.

Justo al pasar el rio Sarela, por el puente homónimo, empieza un sendero estrecho bastante tortuoso, al final desemboca en un barrio. A partir de aquí seguimos el camino un trozo, que va por carretera y luego cuando entraba en camino, seguimos por la carretera.

De todas formas lo dicho, el camino no es tan malo ni mucho menos como contaban, vimos muchos tramos y eran por camino, con repechos, pero como anteriormente en otras etapas y también muchos trozos por carretera.

Nos cruzabamos con el camino, de tanto en tanto. A partir de Carballal tomamos la AC-543 y luego continuamos por la AC-544 en dirección a Negreira, antes de llegar a la misma, tomamos de nuevo el camino.

Antes de todo esto al parar en una gasolinera para echar aire, José dio un buen golpe, afortunadamente sin consecuencias, pero nos dimos un buen susto.

En Negreira desayunamos y sellamos.

Continuamos camino, esta vez, sin abandonar practicamente el camino, que casi todo el tiempo va por carretera.

Nos encontramos un grupo de ciclistas de un club de Noia, que acompañamos y con los que conversamos un rato.

Antes de llegar a Olveiroa, vimos a los hidroaviones cargar agua en el embalse de Fervenza, para apagar un fuego que se veia en los montes, entre Olveiroa y Hospital.

Al llegar a Olveiroa, nos tomamos una Coca-Cola, llenamos agua y sellamos en el bar. Subimos unos montes y antes de llegar a Hospital, nos topamos con el humo del incendio que estaba cerca y algunos retenes contraincendios, el humo en algún momento fue bastante espeso.

Al pasar Hospital, se dividen los caminos que van a Muxía y Finisterre. Me despedí de Manolo y José. Continué hacia Muxía y ellos a Finisterre.

El trazado del camino a Muxía es favorable, por carretera, con dos altos solamente importantes, uno antes de llegar al pueblo, que es más considerable, fue el que me supuso más esfuerzo.

Llegue a Muxía a las 13:00, estabán de fiesta, me dirigí a la Oficina del Peregrino, donde me dieron la Muxiana, que es muy bonita. La muchacha fue muy agradable y competente. Después de esto al Santuario de la Virgén de la Barca, que está al final de uno de los cabos que domina la ría. Tomé algunas fotos y admire el lugar que es muy bonito, en plena Costa da Morte, es un entorno muy salvaje.

Después volví al pueblo y comí algo para afrontar el camino a Finisterre. Erán más de las 14.00, cuando partí hacia Finisterre.

Tuve suerte de que el viento de Noroeste, soplaba con alguna fuerza y me empujaba al darme de espalda. A pesar de eso el calor era muy fuerte y se me hacia bastante duro, porque los primeros kms eran de subida.

En algunos momentos pasé un mal rato, porque llegue a sentirme mal, sentía que no iba muy bien, me mentalice para regularme y no cebarme, poco a poco me fui encontrando mejor. Cuando llegue a la AC-552, tome dirección a Cee, andaba muy rápido porque el viento me empujaba mucho de cola.

La subida que hay después de Corcubión se me hizo muy dura, ya las fuerzas me faltaban, a mitad de subida me llamaron José y Manolo, que ya estaban en Finisterre, a mi me faltaban 10 kms. El Calor, las cuestas y los kms acumulados, tanto los del viaje, como los del día, me pasaban factura.

Para llegar a Finisterre, tuve que pasar por un camino costero empedrado, que hizo el final todavía más duro. Me fui directamente al puerto, al albergue provisional, para solicitar la Fisterrana. No había mucha gente, y no tarde demasiado, solamente dos extranjeros que se tiraron bastante rato preguntandole a la muchacha del albergue informaciones turisticas. Después a comer en el restaurante Fin do Camiño, donde esperaban Manolo y José, el nombre del restaurante bastante apropiado, para nosotros y para el sitio.

Luego mientras ellos iban a por la Fisterrana, yo subí al Faro de Fisterra, donde ellos ya habian subido. Es la última subida del camino.

Es un sitio muy emotivo, por lo menos para mí. Es el final del camino y un entorno incomparable, es maravilloso, por un lado comienza la Costa da Morte y por otro ves el paisaje de las Rias Baixas.

En el faro, el último sello y final del camino. Una emoción indescriptible te invade. Pasee por los alrededores y después cumpli con la tradición de quemar algo, aprovechando que otros peregrinos también estaban haciendo lo mismo.

Incluso hubo anécdota, mientras quemabamos, se acercaron unas voluntarias del Camino a que les contaramos algunas anecdotas del camino, para anotarlas y recogerlas. Yo al principio me pensé, que era una flipada, jajajajaja, el excepticismo, que hace cada día más mella.

Después de disfrutar de la tranquilidad y emoción de haber terminado el camino, además de ese marco natural incomparable, decidí marchar y terminar la aventura.

El descenso es rápido hasta Fisterra. Lavamos las bicis en una gasolinera y Manuel Vieites, nos recogio y traslado a Santiago de Compostela de nuevo.

Por la noche cenamos en un restaurante cercano a la pensión muy bueno. Cenamos bonito a la Vizcaina, que según la señora estamos en su temporada. Manolo y José me invitaron a cenar, que bueno estaba todo.

Manolo y José después de la cena, se fueron a dormir, el día había sido duro y estaban cansados. Yo salí a pasear un rato, para digerir la comida y hacer algunas fotos en la catedral y el casco histórico, de esas nocturnas que tanto me gustan.

El paseo, tuvo anécdota incluida, cuando estoy tomando unas fotos en la plaza de la Catedral, me encuentro una muchacha, que esta haciendo el saco, para tumbarse en la fria piedra de granito del suelo. Le pregunté que si pensaba dormir allí y me contesto que sí, que no había sitio en ninguna parte. Me acorde de que habian dejado abandonada una esterilla aislante en el garage donde guardabamos las bicis y fui a por ella para darsela, algo más blando dormiría.

Despues de todo esto a Dormir.

martes, 17 de agosto de 2010

ETAPA XI MELÍDE – SANTIAGO DE COMPOSTELA

Nos levantamos temprano. Los alicantinos, bicigrinos, que habian sido compañeros de Paula y Roberto durante varias jornadas, nos habian asustado, porque comentaron que llegaron al Monte do Gozo a las 16:00, y que la etapa era muy dura.

La experiencia del dia, me hizo ver que la etapa era más suave y llevadera que la anterior y la de Cebreiro.

Desayunamos en al churrería, que churros y chocolate más buenos. José María, mientras nos servian arreglo un pinchazo de su bicicleta.

La mujer de la churrería, con la que hablamos el día anterior, me comentó que Paula y Roberto habían desayunado y que partieron un rato antes que nosotros.

Al poco de partir en una bajada, la rueda trasera de la bici de José, se raja, no sabemos con qué, pero la rueda se desinfla de inmediato y comprobamos que la raja, es bastante grande. Menos mal que yo, llevaba una cubierta.

Se cambia la cámara, pero el montaje de la rueda con el portaequipos, nos lleva mucho rato, porque la rueda se quedaba frenada. Al final perdimos más de una hora, con el episodio.

Después de esto continuamos camino. En el paso de uno de los varios rios que atravesamos en el día, Manolo al pasar, calló hacia atrás al agua, afortunadamente no tuvo ninguna consecuencia, excepto el mojado de los pies, fue la nota cómica de la mañana. Luego José y yo le cantamos “vaya forma de caer” en alusión al himno atletico del maestro Sabina, porque Manolo es atletico de pura cepa, JAJAJAJAJAJ.l

La etapa, como las anteriores es un continuo sube y baja, pero hay más tramos de carretera.

Alcanzamos a Paula y Roberto a unos 15 kms de Santiago, que alegría me dió de verlos, continuamos a nuestro ritmo, pero prometí esperarlos en el Monte do Gozo.

Antes de llegar al Monte do Gozo, hay dos buenos repechos. En el último, bastante duro, pase a un ciclista que iba delante, sin alforjas, JAJAAJAJAJ, vaya cara que me echo, cuando le pegue la pasada, se pico, pero no me pillo hasta que llegamos al hito, donde comienza el Concello de Santiago, donde paré, para tomar unas fotos.

Al llegar al Monte do Gozo, una foto conmemorativa, con Manolo y José, en varias de las caras del monumento.

Ellos continuaron a Santiago, yo me quede esperando a Paula y Roberto. Bajé a la capilla, que hay debajo y tomé otras fotos.

En esas, me tomé una foto con los Rondeños, uno de ellos lo conocí en la Sufrida de BTT, fue el que gano la prueba en mi categoría. Después otra con los Vascos, el señor mayor y el chaval, que encontramos en Carrión de los Condes y después nos encontramos en otros puntos del camino. En todavía lo acompañaban dos chavalines más, partieron desde Roncesvalles.

Qué alegría me dio de ver llegar a los Astures, Paula, incluso fue capaz de dar un sprint al subir al Monte do Gozo.

Me tomé varias fotos con ellos. La verdad, que me “presto” mucho, como dicen ellos, tomarme las fotos con ellos.

Después de todo esto a Santiago, bajamos disfrutando del momento. Nos falto echarnos la foto con el monumento del peregrino señalando a Santiago, porque nos despistamos, tendríamos que haber bajado por el albergue y bajamos por la Rua de San Marcos, y eso que Roberto lo advirtió, otra vez será.

Llegamos juntos a la Plaza do Obradoiro, la verdad tengo que decir, que me emociono más llegar al Monte do Gozo y contemplar la meta (Santiago a nuestros pies), que la Plaza del Obradoiro, quizás, porque ya había estado varias veces en ella.

Fuimos a comer al Mesón Rías Baixas, donde comí con la familia el año anterior, y cumplí la promesa que le hice a la dueña de comer allí, el año siguiente cuando viniera de hacer el Camino de Santiago. Ella me reconoció, mi cara le sonaba y cuando le explique, se acordó totalmente.

Después de comer Paula y Roberto, se quedaron en su “peazo” de hotel y yo me fui para la pensión.

La toma de contacto con la pensión, para mí, fue muy deficiente, en una habitación pequeña, habían colocado tres camas y estábamos hacinados los tres sin espacio. La verdad que estaba bastante disgustado, porque después de haber dormido todo el camino en sitios aceptables, excepto el Hostal Gallego de Astorga, donde al final no dormimos, me parecía un mal final y a demás, teníamos que pasar allí tres días. Llamé al dueño, le comenté la situación y me reconoció, que no era aceptable la situación, pero que era lo único que tenía. Al día siguiente me dio una gran alegría al decirnos que nos daba una habitación individual más, con lo que la situación mejoró notablemente.

Por la tarde a por la Compostelana, donde tuvimos que guardar cola bastante rato. Luego, mientras que Manolo y José, guardaban cola para el abrazo al santo, me acerqué a comprar una cubierta y una cámara.

Esa noche me encontraba muy cansado, cenamos pronto y a dormir. Mañana nos esperaba una etapa bastante dura.

Antes acordamos, como afrontar la etapa del día siguiente a Finisterre y Muxía.

domingo, 15 de agosto de 2010

ETAPA X SARRIA – MELÍDE

Nos levantamos, desayunamos en el hotel y a rodar. Al principio nos perdimos. Subes a la parte antigua de Sarria y desde ahí desciendes por la vertiente contraria de la loma. Cruzas un puente medieval y el trazado del camino, transcurre por unos robledales (carballeiras en gallego) preciosos, pero con unas cuestas de infarto, en una el GPS, me llego a marcar el 28%, el máximo porcentaje de todo el camino.
El trazado del camino es un continuo sube y baja, por caminos y a trozos por carretera y algunos senderos. Algunos descensos son verticales y con mucha piedra.
A Portomarín hemos llegado las 11:00, cruzando el puente que salva el embalse del rio Miño. El sello de la Iglesia es el que hemos puesto. Nos paramos en un supermercado y desayunamos.
Del pueblo sales por un puente metálico, bastante estrecho y a continuación una fuerte cuesta. En ella, me he encontrado a la mujer que el día anterior estaba en Sarría buscando alojamiento. Me quede sorprendido de encontrármela a las 11 y pico en Portomarín y pretendía llegar a Melíde ese día, andando, no en bici.
El sube y baja ha sido continuo, atravesando numerosos arroyos, la etapa se hace dura por las fuertes pendientes y del continuo sube y baja, que no te hace llevar un desarrollo parejo.
Antes de llegar al alto de Ligonde, hemos parado a llenar agua. La bajada se hace por carretera, al poco de comenzar la siguiente subida, nos hemos encontrado a los Astures.
Al poco de empezar la subida he tenido una avería, al principio pensaba que era una simple salida de cadena, les dije a los demás que continuarán, pero al ver lo que había pasado me dí cuenta de que era algo más grave. La cadena se había salido, pero como iba en cuesta al dar una fuerte pedalada, la cadena se introdujo entre los platos y el eje, intente sacarla pero no podía, movía el plato hacía atrás o delante, pero corría por el hueco donde se había encajado y no salía.
Empecé a ponerme nervioso, la cadena por más tirones que le daba no salía. Por momentos pensaba que tendría que sacar el tronchacadenas, para desmontarla y poder sacarla.
Al final pensé le voy a pegar un tirón que o la saco o la rompo. Cuando pensaba que no iba a conseguirlo, del tirón la conseguí sacar. Perdí cerca de media hora con la avería, pero al final pude continuar.
En Coto he alcanzado a Paula y Roberto, los Asturianos, hemos sellado, Roberto ha comentado que es uno de los sellos más antiguos del camino, también hemos aprovechado para tomar una cerveza y un trozo de empanada. Manolo y José me llamaron antes, para decirme que habían llegado a Melíde.
Los Astures y yo, nos hemos ido a la Pulpería Ezequiel y nos hemos pegado un buen festival de pulpo, cachelos y ribeiro. Que bien nos lo hemos pasado, el pulpo estaba buenisimo, hemos repetido dos veces. El Ribeiro te hace ver todo de forma alegre, jajajajajaja.
Después un buen café y a la pensión, me ha parecido un poco cutre, pero hemos dormido en sitios peores.
Por la noche hemos cenado todos en un italiano, Paula, Roberto y nosotros tres. Después hemos paseado por Melíde, Paula, Roberto y yo. Manolo y José, se han ido a la pensión a descansar.
Nos hemos encontrado grupos de jovenes que viajan al encuentro de Santiago, de vuelta para la pensión, hemos coincidido con el dueño de la pensión de los Asturianos y hemos charlado un rato con él y una familiar que se ha pegado a la reunión.

sábado, 14 de agosto de 2010

ETAPA IX VILLAFRANCA DEL BIERZO – SARRIA

Esta es una etapa dura pero muy bonita, es la entrada a Galicia, por el Monte del Cebreiro. Es como pasar una prueba dura, para llegar a la tierra soñada, la entrada por el valle del Valcarce es muy bonita, con un paisaje y vegetación maravillosos. Y luego en Galicia, comienzan las corredoiras por debajo de castaños, robles y otros árboles, y atravesar numerosos ríos, además de discurrir a veces por sus riberas.

Nos levantamos temprano, desayuno y a pedalear. La primera parte de la etapa, discurre por el andadero paralelo a la N VI. Se pedalea muy rápido, disfrutando del fresco de la mañana y del paisaje, maravilloso, todo verde, con grandes árboles, castaños, robles, hayas, etc.

A partir de Vega de Valcarce, tomamos el desvio a Las Herrerias, poco después empieza la subida, por la comarcal, dejas a un lado la senda que vá a La Faba, que es la que continua subiendo por la loma a Laguna de Castilla y después a Cebreiro. Nosotros seguimos la carretera, porque todo el mundo nos ha dicho que no se nos ocurra coger la senda.

La subida es dura, pero hemos hecho peores. Llegamos a Laguna de Castilla y de ahí a Cebreiro. Antes de llegar, José y yo, nos hacemos unas fotos con los valles que bajan hacía el Cantábrico al fondo y debajo. Inmediatamente llegamos a Cebreiro. Es una aldea anclada en el pasado, con sus pallozas y llena de turistas y peregrinos.

La subida es muy bonita, el paisaje maravilloso. Te quedas extasiado disfrutando del verde, después de tantos kms por Castilla, viendo ocres y amarillos.

En Cebreiro sellamos en la iglesia de Santa María, tomo algunas fotos. Después tomamos algo. Tengo que entretenerme, para descargar la cámara, porque llevaba la memoria llena de fotos y tenía que ir borrando fotos. Manolo y José, continúan.

Me encuentro con los valencianos y Fran. Me tomo unas fotos con ellos y me despido de ellos, a Fran no lo volvería a ver hasta Santiago.

Pensaba seguir por la carretera, pero llego un Guardia Civil a caballo, y me comenta que continúe por el camino, que es transitable y después en Hospital da Condesa, coja la carretera para llegar al Alto do Poio.

Así lo hago, en el alto de San Roque, me encuentro de nuevo con los valencianos. Hago lo que me dice el Guardía Civil y abandono el camino en Hospital para llegar al alto. De nuevo tomo el camino, todavía hay algún sube y baja, hasta comenzar el descenso de verdad, lo bajo a tumba, los peregrinos me miran como diciendo este tío esta loco.

La bajada es divertida, aunque el número de peregrinos ya es muy elevado, no reviste mucha dificultad. Pasas por muchas parroquias, de pronto me encuentro con un rebaño de vacas y a punto estoy de estrellarme con ellas, menudo golpe pienso.

Llego a Triacastela, llamo a Manolo y José y van por delante, hay un tramo de carretera y después camino por corredoiras, maravillosas, robledales por la ribera del rio, aunque el tramo es bastante duro, con continuos sube y bajas, algunos durisimos.

Me encuentro con los grupos de Alicantinos, que habiamos visto el día anterior en la bajada de la Cruz de Ferro, vaya manera de peregrinar, en autobus y haciendo alguna marcheta, ocupando todo el camino e interrumpiendo a los demás peregrinos.

Llego a Samos, llamo a los compañeros, no están allí ya. El monasterio esta cerrado, por lo que ello unas fotos y continuo.

Voy enchufado, tomo el desvio a la derecha y voy lanzado, por un continuo sube y baja que pasa por infinidad de aldeas, que no llegan ni a eso, son cuatro casas. No se como y de que manera, pero adelanto a Manolo y José y no consigo verlos, y llego a Sarria antes que ellos. El último tramo lo hago a todo trapo para intentar alcanzarlos.

Al final llego al hotel y comemos en el restaurante del mismo. Por la tarde lavamos las bicis y sellamos en la oficina de turismo, aprovecho para coger algunos folletos informativos.

En Sarria, empiezan los problemas de alojamiento, me encuentro con personas que no tienen alojamiento.

Por la noche tomo unas cervezas con los valencianos y unos cuantos bicigrinos más.